Pertenece al monasterio de Santa Cruz la Real fundado por los Reyes Católicos.
El templo se comenzó en estilo Gótico, pero como las obras se dilataron en el tiempo, se le fueron añadiendo elementos renacentistas como el ventanal que preside la fachada principal (del obra del Renacimiento inicial español, llamado estilo Plateresco). Lo último en levantarse fue su majestuosa cúpula barroca, que desgraciadamente pasa desapercibida para muchos por estar rodeada de edificaciones, y el espléndido camarín de la Virgen del Rosario, verdadera apoteosis del Barroco, llevada al extremo por sus miles de espejos que recubren todas las superficies reflejando los destellos del traje de plata de la Virgen.
Fachada renacentista del templo
La torre al final se quedó en sencilla espadaña.
Ventanal geminado del Renacimiento inicial español (Plateresco) y más abajo las cifras de los Reyes Católicos, sus fundadores.
La cúpula barroca vista desde el claustro del monasterio al que pertenece el templo, de él se habla en el artículo anterior.
Exterior del camarín de la Virgen del Rosario
Pinturas del pórtico del templo.
En las enjutas de los arcos se labraron las cifras de los Reyes Católicos.
Cabecera, en el pasado necesitada de restauración, hoy ya en buen estado.
La planta del templo es de cruz latina con capillas a los lados.
Aquí vemos la nave principal, de estilo Gótico, con los arcos de las capillas laterales apuntados y la bóveda de crucería con nervios y elementos entre ellos.
Nervios góticos de la bóveda rebajada que sostiene el coro alto.
En el crucero se emplea el estilo barroco, tanto en los soportes como en la cúpula sobre pechinas.
La cabecera, el presbiterio con el tabernáculo barroco bajo las bóvedas góticas, decoradas con motivos barrocos.
Tabernáculo barroco elaborado con mármoles de excelente calidad, la mayoría originales del Reino de Granada.
Cúpula sobre pechinas, con tambor para la iluminación encima de éstas, la media naranja y por último rematada con linterna, se sitúa sobre el crucero, una apoteosis del Barroco.
Retablo barroco que comunica con el espléndido camarín de la Virgen del Rosario, este último está decorado con infinidad de espejos que hacen las veces de estípites, entablamentos, bóvedas...
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