Hoy voy a tratar un retablo jiennense que atrajo mi atención por la belleza y simbología, el retablo de las Ánimas en la basílica de San Ildefonso, la iglesia más grande y sobresaliente de la ciudad de Jaén tras la catedral, un templo de estilo Gótico de los siglos XIV y XV, con tres fachadas, una gótica, otra renacentista y la de los pies neoclásica. En ella está sepultado el gran arquitecto Andrés de Vandelvira.
Es un retablo barroco del último periodo, con numerosos elementos de origen rococó francés, como la rocalla. en una serie de relieves (bajorrelieves, mediorrelieves y altorrelieves) combinados armoniosamente con pintura para dar mayor profundidad, se representa un tema ético de primera magnitud, la honestidad frente a la corrupción y a la pasividad en defender la justicia y derechos humanos, claro, desde el punto de vista cristiano, pero aplicable a todas las religiones e ideologías.
La honestidad y respeto a los derechos humanos son la base de toda civilización que quiera alcanzar el desarrollo y bienestar. En el retablo se muestran las consecuencias, desde el punto de vista cristiano, de elegir el camino de la honradez y el cumplimiento de la obligación o el camino de la corrupción.
Todo comienza con la muerte que deja atrás los privilegios de políticos, jerarquías religiosas, hombres, mujeres, ricos, pobres...
La muerte acaba como señora de las riquezas. |
La muerte acaba como única señora del poder de los políticos y religiosos |
En el mundo sólo quedan los huesos y restos del pasado efímero, coronas de reyes y políticos, tiaras de los papas...
Seguidamente se nos muestra el juicio, que no sólo se da en el cristianismo, sino en todas las religiones e ideologías de una u otra forma.
Tras el juicio se separa los honestos y cumplidores de misión social por un lado y a los corruptos e incumplidores por otro, siendo llevados cada uno a su destino final. Para unos el paraíso cristiano o de otras religiones, para los corruptos y delincuentes el infierno, carma o cárcel. De esto no se salvan políticos, ni jerarquías de ninguna religión, ni fanáticos, ni trabajadores, ni quienes viven del trabajo de los demás, ni nadie.
Según el cristianismo hay un estado intermedio para los justos que cometieron pequeñas corruptelas y delitos o que no cumplieron con su obligación de defender la justicia y derechos de los demás, el Purgatorio. Un lugar temporal de purificación antes de pasar al Paraíso. En él se ven reyes, jerarquías católicas, frailes, mujeres y hombres de todas las clases sociales. Esto se aprecia en un enorme y bello relieve central con multitud de personajes.
En la parte inferior del gran relieve, aprisionados en el mundo de las tinieblas, se ven corruptos, delincuentes, soberbios, y quienes pudiendo evitar injusticias no cumplieron con su obligación de evitarlas pues buscaban medrar, conseguir poder, riqueza, o simplemente por cobardía.
Transcurrido el tiempo de purificación, unos ángeles sacan a los espíritus o almas del Purgatorio para ser llevados al Paraíso, todo ello controlado por el arcángel San Miguel, que centra el gran relieve.
Coronando el gran relieve, se representa a la Trinidad (Dios Padre, el Hijo y el Espíritu Santo) franqueados por la Virgen María y los honestos.
Se trata pues de una biblia en madera, creada para dar a conocer los valores morales a la humanidad, no para ser un artículo convertido en mercadería para turistas.
Me alegra ver como permiten la fotografía y difusión de estos valores tan necesarios en el mundo de hoy y de siempre.
Ya lo dejó claro Jesús en el pasaje de los mercaderes del templo, este no es un negocio, es para actividades religiosas.
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