En la Región Granadina son tradicionales las hornacinas o capillas en la calle dedicadas a Dios, la Virgen, las Ánimas o algún santo, normalmente con una pintura en su interior, un relieve o una estatuilla.
Estas hornacinas tenían dos funciones, una religiosa y otra social:
- La religiosa enlazada con la imagen que contenían.
- La social relacionada con la iluminación nocturna de las oscuras calles, pues los vecinos de la zona o algún gremio se encargaban de encenderle una o dos lamparillas de aceite protegidas dentro de sendos faroles.
La Virgen del Valle es una advocación de la Virgen María, patrona de muchos lugares de España e Hispanoamérica.
Motril, Granada, Región Granadina, conserva, en una estrecha calle del centro de la ciudad, una hermosa hornacina de mármol completada recientemente con azulejos.
Se trata de una hornacina de tipo granadino y factura muy clásica construida en la década de 1870. Consta de un arco de medio punto entre pilastras toscanas, parecidas a las dóricas pero con basa. Las enjutas del arco muestran un finísimo relieve con decoración vegetal que enmarca letras muy decoradas, posiblemente aludiendo a los donantes o con alguna simbología concreta. Coronando el conjunto se alza un frontón triangular con el símbolo de la Virgen María engastado en mármol blanco y, a los lados, la fecha de construcción en fino relieve muy desgastado.
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La clave del arco |
Tras una bella reja de forja granadina se sitúa un lienzo con la imagen de la Virgen del Valle portando al Niño Jesús.
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