El palacio fue conocido como Torre de Alicún hasta que pasó a manos
de D. Juan Luis de la Cueva y Piédrola, II conde de Guadiana.
Fue construido en
estilo Manierista, es decir un Renacimiento ya amanerado que exagera los movimientos y posturas de las imágenes, que altera del orden en los elementos
arquitectónicos. Es igualmente considerado como un estilo tan intelectualizado y elitista que se aleja del pueblo llano, un estilo tan contrario al próximo Barroco, que irá destinado al pueblo exaltando el sentimiento religioso y humano.
En el palacio destaca torre de cuatro cuerpos con originales balcones en ángulo en su esquina.
Su primer cuerpo es muy sobrio, con dos pequeños vanos, uno por lado, escasamente decorados con sencillas molduras que los enmarcan y un elemental entablamento encima.
El primer cuerpo, el más noble, se decora con bellos ventanales que se abren a un balcón corrido. Los tres vanos están flanqueados por una especie de estípites con cariátides (imágenes femeninas que sostienen los entablamentos y sobre ellos los escudos de la familia. El más original es es el vano que hace esquina, partido por una columna de mármol blanco justo en el ángulo.
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Balcón en ángulo. |
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Balcón lateral |
El tercer cuerpo, también una planta noble, posee una estructura similar a la del primero en líneas generales, pero los elementos sustentantes no son cariátides (mujeres) sino atlantes (hombres).
El cuarto cuerpo, un mirador de menor altura que los anteriores, tiene una línea parecida a la del
palacio del marqués de Mancera, unos vanos con arquerías abiertas en este caso y un balcón de esquina.
En su interior se abre el gran patio que centra el edificio. El conjunto ha sufrido remodelaciones a lo largo del tiempo, quedando la torre bien conservada. Actualmente se haya restaurado y convertido es un hotel de cinco estrellas.
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