La Semana Santa y sus procesiones son un hecho cultural y religioso de nuestra historia, algo que durante siglos ha convivido con el pueblo español.
Muchas son las manifestaciones artísticas de esta semana, pero me voy a centrar en algunas procesiones de la romana Almuñécar, por su originalidad, por no ser una simple imitación de Sevilla, sí, Sevilla me parece maravillosa, pero si deseo presenciar algo sevillano, no veré no un intento de copia, sino una procesión sevillana auténtica en su sitio, Sevilla.
Pues bien, Almuñécar intenta mantener su originalidad granadina:
Los tronos van llevados por anderos, que portan grandes vigas decoradas llamadas andas.
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La Verónica en su trono grande, el Viernes Santo lleva otro pequeño para pasar por las estrechas calles romanas, estrechadas por los musulmanes. |
Algo más tarde sale otra procesión, el Descendimiento, sobre un bello trono de cuatro andas.
Originales son también los arreglos florales, muchas de esas flores de la Costa Tropical de Granada
Mucho más tarde, ya entrando el Viernes Santo, nos podemos acercar a la bella iglesia fortaleza, con parapetos defensivos para defenderse de los piratas musulmanes que asolaban las costas de la Región Histórica de Granada en busca de botín y esclavos.
Desde ella sale la procesión del silencio, con todo el respeto de los asistentes, ya sean creyentes o no, pues valoran la cultura y religiosidad de un pueblo.
Otros tronos auténticos, con andas se preparan para las próximas procesiones.
Mañana del Viernes Santo
Almuñécar nos recibe engalanada para una escenificación de la Pasión con imágenes articuladas llevadas por anderos en pequeños tronos para poder pasar por estrechísimas calles
La verónica
Cuadrales en los aleros de casas de tradición granadina nazarí en las antiguas calles.
Jesús entra en la plaza por el difícil arco del derrumbadero.
Se le acerca la Verónica a secarle el rostro de la sangre y sudor.
La cara de Cristo queda impresa y la Verónica se inclina
María entra en la plaza, una talla con la belleza granadina, el dolor sereno, las manos unidas.
San Juan también llega.
San Juan se arrodilla ante María.
Tras acercarse a la Verónica quien les muestra el paño con el Rostro de Jesús, los tres se dirigen a Cristo con la Cruz acuestas.
María, llena de dolor agacha su cabeza...
Todo ello es narrado y comentado para su mejor comprensión. Al final los tronos se alejan por una bella calle sexitana.
Miles de personas acuden sólo a las representaciones de la Semana Santa de Almuñécar, ello y el tratarse de un hecho cultural y religioso debe hacer comprender que merece un respeto y una valoración por parte de todos
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