En la calle Horno de la Marina nos encontramos con otro de los muchos palacios granadinos, la casa señorial de los Vargas, que sigue los cánones de la arquitectura granadina palaciega de mediados del siglo XVI, un poderoso edificio centrado por un patio con fuente de mármol y rodeado por cenadores (pórticos en el habla granadina, palabra reconocida por la Real Academia en su diccionario hasta hace muy pocas fechas) con arcos casi de medio punto sostenidos por columnas toscanas de mármol gris de Sierra Elvira. La escalera se cubre con cúpula gallonada con decoración barroca. También son dignos de mencionar los artesonados polícromos de sus salas, en especial el de la principal. La fachada presenta tres cuerpos, siendo el último un enorme mirador formado por una galería de arcos bajo un hermoso alero de ladrillo. La portada del segundo cuarto del siglo XVII presenta un arco carpanel con dovelas almohadilladas soportado por pilastras cajeadas, sobre ella descansan dos escudos y los tornapuntas de un balcón; también en este segundo cuerpo podemos observar dos buenos ejemplos de la forja granadina en sus rejas. En la parte trasera existe una huerta-jardín en la que crecen varios tipos de árboles en torno a una fuente de mármol.
El palacio ha sido despojado recientemente de los revocos de las fachadas para seguir la moda del siglo XIX de mostrar el ladrillo de que están construidas.
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Vista general del palacio donde se ven buenos ejemplos de la forja granadina en las rejas de ventanas y balcones, aunque muy necesitados de una urgente restauración que se retrasa una y otra vez. |
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La última planta se abre al exterior mediante una serie de miradores en forma de arcos rebajados sostenidos por semicolumnas, costumbre muy extendida en el Reino de Granada cristiano. |
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La portada muestra el abandono y el vandalismo de grafiteros
al que se ve sometido en demasiadas ocasiones el patrimonio monumental de nuestra Granada. |
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Escudo situado en un ala añadida en un lateral del palacio. |
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Detalle del escudo |
Este edificio, urgido de una restauración pensó dedicarse a hotel, con lo cual lo creímos salvado de su destrucción, pero las disputas por detalles entre nuestros representantes políticos parece ser que ralentizaron su restauración, llegando a quejarse incluso los ecologistas del lamentable estado del palacio y de esta zona del centro de granada. Una pena que sucedan estas cosas con el patrimonio de nuestra tierra, tan necesitado de restauración en un numero excesivo de casos:
Esperemos que la restauración definitiva no llegue demasiado tarde.
Habría que hablar con el gobierno y hacer arreglos. por que da pena que el palacio que hN vivido tre parejas de marqueses uno de ellos de Madrid los lucena los Vargas y algunos más seguro eso tendría que ser patrimonio nacional y el vandalismo castigar
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