Se trata de un bello convento de frailes terceros franciscanos situado junto a la iglesia de la Consolación, templo que a partir del siglo XVI perteneció al conjunto monacal como demuestran los escudos heráldicos que aparecen en claustro y crucero del templo. Los benefactores y órdenes religiosas solían dejar su firma en forma de escudo.
EL CLAUSTRO
Es el elemento que mejor se conserva del complejo, consta de dos dos cuerpos y patio cuadrado. En él se conjuga armoniosamente la horizontalidad que alude al ser humano (gracias a las molduras o cornisas horizontales que separan los dos cuerpos y las que sostienen el alero) con la verticalidad que alude a Dios (las pilastras dobles que separan los vanos).
Su estilo parece Barroco muy sobrio si nos basamos en los elementos que se muestra en el primer cuerpo:
Su estilo parece Barroco muy sobrio si nos basamos en los elementos que se muestra en el primer cuerpo:
- Está poco recargado ornamentalmente.
- No presenta en ningún lugar la rocalla propia del siglo XVIII (que sí aparece en lugares concretos del templo anejo) llegada de Europa a España y a la Región de Granada en ese siglo.
- Predominan las lineas rectas, aunque quebradas para dar mayor movimiento.
- Los moldurajes que enmarcan las puertas, más los entablamentos y frontones, son de factura sobria y movida.
- El frontón de los vanos centrales es partido con grandes volutas y sobre ellas unos remates que le dan movimiento.
Los vanos secundarios, un total de tres a cada lado el central, presentan una elegante decoración pero más sobria. |
Respecto al segundo cuerpo parece más evolucionado hacia el Neoclasicismo, pues sus líneas, más rectas y por tanto con menos movimiento, podrían anunciar ya finales del siglo XVIII.
Nos encontramos pues ante un monumento que conjuga armoniosamente elementos de la provincia de Jaén y de la de Granada con otros de otras regiones.
LOS CENADORES DEL CLAUSTRO.
Los interiores de los cenadores del claustro, muy deteriorados por transformaciones posteriores, estaban cubiertos por cuatro bóvedas de medio cañón, una por lado. En los ángulos, la bóveda mencionada remata en arcos fajones o perpiaños que dan paso a una bóveda de arista formadas por el cruce de dos de medio cañón. De todo ello sólo se conservan los arranques, pues fueron destruidas para crear otra planta más aprovechando la gran altura.
Lamentablemente, como ha ocurrido tantas veces, pasó de manos de los frailes a otras manos. Las desamortizaciones del siglo XIX fueron terribles para el arte, pues se malvendieron monumentos para sanear las arcas del estado mermadas por políticos que gastaron más de lo debido. Estos monumentos pasaron a manos del estado o de personas adineradas a bajo precio, y terminaron siendo expoliados, transformados y hasta destruidos para darle otros usos.
El convento se dedicó orfanato y casa de los Ángeles para menores de 6 años, de ahí el nombre de la callejuela que lleva a su puerta "callejón de los Ángeles". Después se vendió a manos que lo transformaron aún más, pero una parte ha quedado, pudiendo restaurarse si los políticos actuales compensan en lo posible el daño causado a raíz de la exclaustración pasada.
Otra función fue la relacionada con las corridas de toros, de ahí el nombre de "el Toril".
Sería necesario que las administraciones de la comunidad andaluza y gobierno central se implicasen en la costosa labor de restauración, el monumento y Alcalá lo merecen.
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